La llamada “Tercera Edad” conocida también con los términos de vejez, adultez
mayor o tardía, ha sido poco estudiada por los teóricos del desarrollo y como
tendencia se presenta como etapa de involución, determinada por pérdidas o
trastornos de los sistemas sensorio-motrices y no como una auténtica etapa del
desarrollo humano.
Este período etáreo se ubica alrededor de los 60 años, asociado al evento de la
jubilación laboral; y ya hoy comienza a hablarse de una llamada cuarta edad para
referirse a las personas que pasan de los 80 años. Por ello aparecen expresiones
acerca de los “viejos jóvenes” o “adultos mayores de las primeras décadas”, y de
los “viejos viejos” o “ancianos añosos” para marcar diferencias entre ambos
grupos. En el presente artículo se abordará como una sola etapa: la del adulto
mayor, los ancianos o la Tercera Edad.
La preocupación por los ancianos y su estilo de vida en la sociedad cambiante
de hoy en día, es tema de interés de instituciones gubernamentales,
universidades, y de grupos privados de distintas orientaciones. Al respecto se
considera importante resaltar algunas situaciones que se encuentran
caracterizando al fenómeno de la ancianidad en diferentes latitudes:
- La necesidad de prever el apoyo en la ancianidad es un factor que está
influyendo en la formación de las familias. En esto intervienen los valores
culturales, tenencia de bienes y herencia, así como también las diferentes
expectativas hacia los hijos varones y las hijas hembras, la jubilación y el
apoyo social. En la actualidad, sin embargo, los padres reconocen que tener
grandes cantidades de hijos no devuelve la inversión y el costo que éstos
implican, con respecto a una posterior manutención de sus padres.
- Aumentan las familias de 3 generaciones. A medida que va aumentando la
longevidad y se va aplazando la edad de tener hijos, las familias pueden tener a
su cargo a progenitores ancianos y a niños de corta edad. Hay menos hermanos y
hermanas y la familia tiende a hacerse pequeña. A la vez aumentan los divorcios
y aparecen nuevas familias y otras redes de parientes, por lo cual comienzan a
tener más importancia los vínculos basados en el afecto o los que se establecen
de forma voluntaria. (Orosa, 2001).
- Y en los lugares donde ha aumentado considerablemente la esperanza de vida
y disminuido la tasa de fecundidad, son mayores los cambios del curso típico de
la vida. Tal es el caso de Japón, por ejemplo, donde las personas viven más
tiempo antes de tener hijos y después de ser jubilados.
El proceso de envejecimiento poblacional requiere una nueva posición
psicológica, sociológica y actitudinal ante la vida. Los cambios irreversibles
que sufre el organismo exigen comprender y aceptar los nuevos límites de las
posibilidades físicas y dedicar el tiempo necesario a cuidar de una salud que
antes era frecuente relegar con la intención de lograr una mejor calidad de
vida.
me parece increible que hayas tocado un tema tan interesante como la tercera edad y el desarrollo humano. es un nuevo comienzo y creo que el Life Span es muy relevante.
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