Algunos de estos retos pueden ser:
- Vivir con una enfermedad crónico-degenerativa que obliga a modificar su independencia y formas de vida activa.
- La pérdida de la pareja, de algún amigo o de algún miembro de la familia.
- Aislamiento y soledad.
- Un escaso ingreso económico.
- Modificación del lugar que ocupaba en la familia como pareja, líder o proveedor.
- Las enfermedades mentales o emocionales pueden manifestarse de muchas maneras, por lo que en
ocasiones es difícil reconocerlas. Se confunden con dolencias o enfermedades físicas.
También pueden ser negadas por la familia y los amigos, o mal interpretadas como una parte normal
del envejecimiento.
A continuación veremos las manifestaciones de los diferentes problemas de salud mental que se pueden
presentar en la persona adulta mayor.
El adulto mayor enfrenta la realidad del envejecimiento en medio de una sociedad que practica la marginación
social de los adultos mayores, sintiéndose así mismo como alguien que ya no cuenta mucho para los demás,
aún en la familia, ya no se diga en la sociedad. Por lo tanto sufren la experiencia de vivir su autoestima en
decadencia, que los lleva inclusive a la depresión.
En ocasiones, el adulto mayor se encuentra sin las herramientas que le permiten su adaptación, tales como la
motivación o refuerzos sociales. Al carecer de estas herramientas es difícil que se adapte a nuevos hábitos y
circunstancias de vida, además de que siente que la sociedad no lo valora en la forma en que el adulto mayor
considera que seria lo justo.
Por otra parte, encontramos que existen adultos mayores que son más intelectuales o permanecen
mentalmente activos, los cuales son capaces de enfrentar su vejez con mayor serenidad que aquellos cuya vida
carece de sentido. Es de ellos de quien se debe aprender.
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