En la
mayoría de casos, cuidar es a la vez una tarea solidaria e ingrata, conmovedora
y satisfactoria que exige tiempo. Pero lo que es verdad es que el hecho de
cuidar a una persona próxima o familiar es una de las experiencias más dignas y
merecedoras de reconocimiento por parte de la sociedad. Es una actividad que
normalmente no está prevista y para la cual uno no está preparado. Por esta
razón hemos considerado imprescindible la elaboración de este manual.
En estas
líneas les presentamos una serie de conceptos clave (seguramente la mayoría de
ellos le serán conocidos) que nos enmarcarán y facilitarán la incorporación de
la información teórica y práctica que más adelante explicaremos.
¿Qué es la dependencia?
La
dependencia se define como “la necesidad de ayuda o asistencia importante para
poder realizar las actividades de la vida cotidiana”.
La persona
dependiente, como consecuencia de la pérdida de autonomía física, psíquica o
intelectual, sensorial o mixta, necesita asistencia y/o ayuda para poder llevar
a cabo las actividades de la vida diaria y el cuidado personal.
La
dependencia no es sólo sinónimo de vejez, puesto que puede aparecer a cualquier
edad, aunque las personas mayores suelen ser las más afectadas.
¿Cuáles son las causas que originan que una persona se convierta en
dependiente?
Son
múltiples las causas, pero citaremos las más corrientes:
•
Envejecimiento
•
Disminuciones
•
Accidentes
•
Enfermedades
crónicas
¿Cuántos tipos de dependencia existen?
1.
Dependencia física: Cuando la persona pierde el control de sus funciones corporales y de su
interacción con los elementos físicos del entorno. Algunos ejemplos son la
esclerosis múltiple, o las consecuencias producidas por un traumatismo
cerebral.
2.
Dependencia psíquica o mental: Cuando la persona pierde la
capacidad de resolver sus problemas y de tomar decisiones. Por ejemplo: retraso
mental, enfermedad de Alzheimer, etc.
3.
Dependencia sensorial: Es un tipo de dependencia debida a alteraciones en alguno de los
sentidos: la vista y el oído, fundamentalmente. Esta alteración repercute en la
capacidad de la persona para desarrollarse en su vida cotidiana
(desplazamientos, leer, realizar las tareas domésticas, conducir, trabajar,
etc.). Algunos ejemplos son la ceguera por diabetes o la sordera en niños a
causa de una meningitis.
4.
Dependencia mixta: Generalmente se inicia a partir de una enfermedad que provoca problemas
de diversa índole, como dependencia física por afectación de la movilidad
asociada a problemas sensoriales, problemas de habla, dificultades para tragar y
de comunicación. Dos ejemplos serían la parálisis cerebral o la enfermedad de
Parkinson.
¿Existen diversos grados de dependencia?
Básicamente
se describen tres:
Grado I:
Dependencia
moderada, considerada cuando la persona necesita ayuda para realizar gran
parte de las actividades de la vida diaria, como mínimo una vez al día o tiene
necesidad de ayuda intermitente o limitada por su autonomía personal.
Grado II:
Dependencia
severa, considerada cuando la persona necesita ayuda para realizar gran
parte de las actividades de la vida diaria dos o tres veces al día, pero que no
requiere la presencia permanente de un cuidador, o necesita una ayuda extensa
para su autonomía personal.
Grado
III: Gran
dependencia, considerada cuando la persona necesita ayuda para realizar gran
parte de las actividades básicas de la vida diaria varias veces al día y, por su
pérdida total de autonomía mental o física, necesita la presencia continuada y
necesaria de otra persona.
¿Qué significa
la “situación de cuidar”?
Como se ha
explicado anteriormente, la persona con dependencias necesita básicamente la
ayuda o los cuidados de otra persona para poder realizar las actividades de la
vida diaria.
La atención
a las personas con dependencias sigue recayendo principalmente en las familias y
mayoritariamente en las mujeres.
Cuidar es
una actividad que muchas personas realizan a lo largo de su vida. La experiencia
de cuidar es única, ya que existen distintos aspectos que hacen que esta
experiencia sea diferente en cada cuidador.
Podrían
plantearse y responderse las siguientes preguntas que nos ayudarían a comprender
que cada caso es único:
¿Por qué
razones se está cuidando a una persona dependiente?
¿Quién y cómo es
la persona dependiente que se cuida?
¿Cuál ha sido la
relación previa con la persona atendida?
¿Cuál es la razón
de la dependencia?
¿Cuál es el grado
de dependencia?
¿Se recibe o no
ayuda por parte de otros miembros de la familia?
Por otro
lado, también existen características comunes entre los cuidadores, como
son:
- Proporcionar
estos cuidados o atenciones hace que la persona con dependencia tenga sus
necesidades físicas, sociales y afectivas cubiertas.
- Implica una
dedicación importante de tiempo y energía.
- Implica tareas
que pueden no resultar cómodas ni agradables.
- Generalmente, se
da más de lo que se recibe.